La belleza es subjetiva y por lo tanto cada persona tiene unos parámetros diferentes para definirla. El problema con las mujeres es que en su mayoría vemos algo más lindo y maravilloso en otras antes de verlo en nosotras mismas.

¿Por qué nos cuesta tanto reconocer que somos bellas y dejamos de vernos como nuestro peor crítico? La respuesta es la autoestima, que no es más que la valoración de nosotros mismos, es una opinión emocional de nuestras formas corporales, la mente y el espíritu que definen la personalidad.

Pero así como la autoestima es importante para sentirnos bien, el manejo y mejora de la imagen personal hace que elevemos nuestra valoración.

Es un círculo vicioso en el que podemos caer si no trabajamos desde nuestro interior y somos capaces de identificar nuestras fortalezas y debilidades, conocer qué tipo de cuerpo tenemos para resaltar aquello que más nos gusta y disimular lo que menos nos favorece. Una pequeña ayuda con algo de maquillaje muy sutil que nos haga relucir y los colores que nos hacen ver mejor también suman.

El impacto que causamos a nuestro alrededor va más allá de una excelente imagen física, es lo que proyectamos, la seguridad con la que nos relacionamos y el manejo de nuestras emociones. Para mí van ligados tan profundamente, que tenemos que trabajarlos de manera simultánea para vernos bien y sentirnos bien.

Atrévete a buscar esa mujer que siempre has querido ser, solo debes dar el primer paso y seguro lo lograrás. Recuerda que solo un 4% de las mujeres se creen hermosas, así que no estás sola. Entonces, ¿qué esperas?