Vivimos rodeadas de expectativas externas que nos dicen cómo debemos ser, actuar o vivir. El peso de esas expectativas puede volverse una carga invisible que limita nuestra autenticidad. Liberarte de ellas es reconocer que tu valor no depende de cumplir estándares ajenos. Es un ejercicio de valentía, donde eliges caminar desde tu verdad, construir tu propio camino y permitirte ser libre para vivir una vida que realmente te haga sentir plena.